Experiencias de la vida real documentadas en "The Journal of A Mommy Make Over Patient"
La recuperaciĂłn
Durante los dĂas siguientes, me enorgullecĂa ir al baño sin mi hermana. RecordĂ© la primera vez que vino a ayudarme y me encontrĂł saliendo sola del baño; me reprendiĂł por no esperarla. Hasta que ella estuvo segura de que podĂa hacer esto sin lastimarme, me mantuvo bajo su atenta mirada.
Normalmente, mi rutina con mis hijos es que debo recibir al menos 2 "body slams". Esto implica que retrocedan a travĂ©s de la habitaciĂłn y luego corran con toda su velocidad directamente hacia mi cuerpo. ¡¡¡¡¡¡AY!!!!!! DespuĂ©s de la operaciĂłn del dĂa 1, habĂa olvidado decirles que tenĂamos que suspender este juego hasta nuevo aviso. ObservĂ© con miedo cĂłmo mi hijo comenzĂł a retroceder y luego, rápidamente, mi esposo interceptĂł su pequeño cuerpo y lo elevĂł por los aires. AsĂ comenzĂł otro juego. PensĂ© muy rápidamente en cualquier otro juego que necesitáramos poner en espera, como el lanzador de dormitorio, los masajes en la espalda y apretarte hasta que te aplaste. Al principio no estaba muy segura de cĂłmo explicar lo que les habĂa hecho a mis pequeños. Luego pensĂ© en lo que necesitaban saber. Simplemente les expliquĂ© que durante mi precioso momento de traerlos a ambos a este mundo, todo en mi cuerpo se saliĂł de lugar; mi hija comentĂł rápidamente "demasiada informaciĂłn mamá" y mi hijo dijo "puaj". Como todos sabemos, los niños solo querrán saber las cosas que les escondes, asĂ que siempre sĂ© el primero en decirles; sĂ© sincero y, por lo general, no habrá una gran prueba Ambos querĂan ser notificados cuando los juegos volvieran a comenzar.
Kathleen me animó a tomar un baño tibio, dar un breve paseo por mi patio, leer una revista y luego descansar un poco. ...
Si alguna vez se sometiĂł a una cirugĂa o conoce a alguien que lo haya hecho, sabrá sobre el infame DĂŤA 3. Bueno, no me salvĂ©. AquĂ es cuando la incomodidad, el dolor, la impaciencia y el blah se manifiestan en su peor momento. SabĂa todo sobre el dĂa 3 y seguramente estaba preparado. Cuando llamĂ© a Kathleen llorando y sintiĂ©ndome asquerosa, me preguntĂł quĂ© dĂa era. Dije el DĂa 4 porque seguramente para un paciente altamente educado y bien preparado como yo, no habrĂa cedido en el DĂa 3, asĂ que este fue el DĂa 4. Con su forma tranquila y reconfortante, Kathleen contĂł los dĂas. Era el dĂa 3. Me animĂł a tomar un baño tibio, dar un breve paseo por mi patio, leer una revista y luego descansar un poco. Por supuesto, no tomĂ© mi medicamento para el dolor porque soy madre y prácticamente podrĂa detener una bala entre mis dientes. RevisĂł dos veces mis medicamentos y se dio cuenta de que no habĂa tomado analgĂ©sicos durante bastante tiempo. DespuĂ©s de tomar estos me sentĂ mucho mejor; SeguĂ todas sus instrucciones y me fui a descansar un poco. ¡Uf!
El dĂa 5 me sentĂ muy bien, tan bien que decidĂ acompañar a mi hija fuera de la ciudad a su recital de violĂn. DĂa 6, todavĂa me sentĂa aĂşn mejor, asĂ que comencĂ© a trabajar desde casa. El dĂa 7, decidĂ ir a la práctica de fĂştbol de mi hijo y al picnic, en el que llevĂ© un montĂłn de artĂculos. DĂa 8, vuelvo a mi oficina. DĂa 9.... Bueno, no deberĂa haber hecho todas las cosas que hice. EntrĂ© a la oficina para ver al Dr. Spence y estaba llorando. No habĂa cumplido mi promesa y como un niño, la culpa me consumĂa. En la sala de examen apenas podĂa mirarlo, pero en lugar de amonestarme, entrĂł en la sala con una mirada de determinaciĂłn que inmediatamente me tranquilizĂł. Lo que sea que habĂa hecho, lo que fuera que estaba saliendo mal, iba a ser arreglado. Me dio otra oportunidad y le quedĂ© eternamente agradecida. Me fui a la cama los dĂas 9, 10, 11 y 12. Esto es lo que quise decir antes, cuando dije que el Dr. Spence y Kathleen tenĂan que intervenir para evitar que hiciera daño. Con el descanso mi cuerpo se re-energiza y reinicia el proceso de curaciĂłn.
Con cada dĂa que me sentĂa mejor, comencĂ© a mirarme más. Primero mirĂ© mis pechos. ¡Vaya, eran enormes! ...
Al principio no me importaba mirarme a mĂ mismo, ya que estaba más consumido por sentirme mal. Con cada dĂa que me sentĂa mejor, comencĂ© a mirarme más. Primero mirĂ© mis senos, ¡guau, eran enormes! En mi siguiente visita le preguntĂ© al Dr. Spence si iban a bajar. Me mirĂł y sonriĂł, y luego comenzĂł a hablar. Mientras lo hacĂa, empezĂł a sonar familiar; HabĂa escuchado estas palabras antes. Un par de veces antes de hecho. En la consulta, en la cita preoperatoria y el dĂa de la cirugĂa..."Los resultados finales tardarán entre 4 y 6 meses. Alrededor de las 6 a 8 semanas, comenzarĂa a apreciar realmente la transformaciĂłn y más. dramáticamente despuĂ©s". Aunque lo habĂa dicho muchas veces antes, no habĂa rastro de impaciencia en su tono, solo tranquilidad y confianza.
la mariposa emerge
Cada vez que veĂa a un viejo amigo esperaba el "ÂżTe cortaste el pelo? ÂżEs tu piel? SĂ© que has perdido peso, pero te ves tan perfectamente proporcionada, como una muñeca Barbie". ...
En mi sexta semana despuĂ©s de la cirugĂa, fui con mi hermana al centro comercial para "ayudarla" a comprar un delineador de ojos especial. (Esa es mi historia y me atengo a ella.) Mamás, me volvĂ loca. No habĂa comprado en años. HabĂa dejado de comprar porque nada parecĂa encajar y cada viaje al probador me recordaba lo que habĂa perdido. Siempre habĂa hecho ejercicio, siempre habĂa sido muy consciente de la moda y disfrutaba actualizando mi guardarropa. No estoy seguro de cuándo se detuvo todo. HabĂa dejado de emocionarme conmigo, pero afortunadamente mi cĂłnyuge no. Sin embargo, siempre debemos recordar a las mamás, la emociĂłn es contagiosa y con los niños cada onza cuenta. Seis horas despuĂ©s, las tiendas habĂan cerrado para todos menos para mĂ. ComenzĂł con el primer atuendo que mi hermana me animĂł a probar. A los ojos de mi mente, todavĂa era la figura desaliñada antes de la cirugĂa. En sus ojos, ella dijo que yo era un "bomba muerta". Entonces comencĂ© a probarme ropa y no podĂa parar. La imagen que me devolviĂł la mirada a la luz frĂa del vestidor fue absolutamente fabulosa. ÂżPodrĂa ser realmente yo? Con cada atuendo que me probaba, desafiaba al espejo a confirmar mi miedo, esa imagen que me devolvĂa la mirada era solo un espejismo. Pero horas más tarde el espejo estaba en silencio, mi hermana me rogaba que me detuviera, mi hija le suplicaba a papá que fuera a buscarla y yo estaba pasando el mejor momento de mi vida.
Durante las prĂłximas semanas, cada vez que veĂa a un viejo amigo esperaba el "Te ves absolutamente maravilloso... ÂżquĂ© has hecho? ÂżTe cortaste el pelo, es tu piel, sĂ© que has perdido peso, pero tĂş lucir tan perfectamente proporcionado, como una muñeca Barbie".
Para acelerar y relajar mi recuperaciĂłn, me topĂ© con los dedos expertos de Sandra Sigur, la masajista del Dr. Spence. Una tarde, despuĂ©s de esforzarme demasiado durante el dĂa, me abrĂ camino hacia el capullo de Sandra. Me las arreglĂ© para hacerlo sobre su mesa, pero no podĂa acostarme. Mi cuerpo estaba tan acalambrado por caminar y correr demasiado fuerte. Cuando comenzĂł Sandra temĂ que la sensibilidad de mi piel interfiriera con el tratamiento. Sandra me asegurĂł que se supone que un masaje linfático no duele, pero se supone que alivia la incomodidad al ayudar a liberar el cuerpo de toxinas. Ahora, como la mayorĂa de las mamás saben, el Ăşnico momento en que sucumbimos al sueño es entre las 11:00 p. m. y la 1:00 a. Aproximadamente una hora despuĂ©s, mi cuerpo estaba desenrollado. La relajaciĂłn es un buen hábito a tener.
Mi diario nunca terminará porque mi transformación nunca lo hará. ...
Durante este viaje, aprendà que verse bien y sentirse bien van de la mano. Mientras que comer sano es esencial, lucir bien sin duda fomenta el buen comportamiento. No solo vigilo lo que como, sino que también disfruto de subirme a la cancha de tenis para sudar intensamente. Además, me adhiero a mi regimiento de cuidado de la piel de gel espumoso, bloqueador solar y humectante Obagi.
Ya han pasado 10 semanas y todavĂa sigo disfrutando de mi novedad. Se dice que la belleza está dentro, pero he aprendido que no está de más tener alguna ayuda para ver esa misma belleza tirada hacia el exterior.
Mi diario nunca terminará porque mi transformación nunca lo hará.